A los empleados se le entrega una tarjeta de control para tener acceso a áreas restringidas. Las tecnologías más utilizadas para esta finalidad son sensores de proximidad que abren una puerta conforme se acerca una persona, lectores biométricos para leer huellas digitales o incluso reconocimiento facial, o tarjetas con banda magnética o código de barras, etc.
Dichas tarjetas también se pueden configurar de muchas maneras para que la empresa pueda personalizar su uso de acuerdo a sus requerimientos de seguridad. Por ejemplo, pagar alimentos en la cafetería o cobro de nómina, etc.
El control de acceso de los empleados requiere de hardware como las tarjetas, lectores, puertas automatizadas, torniquetes y de software para registrar y gestionar dichos datos recabados que puede estar conectado a la red para ser consultado/controlado de manera remota.